... pues qué se come aquí?

Hoy me apetece preparar algo rico para comer, pero no tengo demasiada variedad entre la despensa y la nevera y no me apetece nada ir al súper o a la frutería... Se me ocurre una lasaña, pero no tengo verduras ni carne, y si la hago de bonito? Y encima las placas de lasaña que tengo no son de pasta al huevo, sino de espinacas, cuando fui al súper estaba un poco dormida. No sé cómo quedará este invento...

-4 personas

+6 placas de pasta para lasaña

+1 cebolla grande

+100 g de pimientos del piquillo

+200 g de bonito del norte en aceite de oliva

+400 g de tomate natural triturado

+aceite, sal y tomillo para el relleno

+aceite, harina, sal y 1/2 litro de leche para la bechamel

+queso rallado

En una sartén sofreímos la cebolla picadita hasta que esté transparente añadimos el tomate natural (reservando un poco para cubrir la lasaña), los pimientos cortados en tiras y el bonito desmenuzado, corregimos de sal, con cuidado que el bonito puede estar salado, añadimos tomillo y dejamos reposar.

Mientras se cuecen las placas de pasta preparamos la bechamel. Un chorrito de aceite, en él rehogamos una cucharada de harina, cuando está empezamos a añadir la leche, poco a poco y sin dejar de remover, hasta que la bechamel tenga la consistencia deseada, corregimos de sal.

En una bandeja de horno disponemos una base de placas de pasta, sobre ella parte del relleno de tomate y bonito, cubrimos el relleno con placas y seguimos añadiendo capas hasta que se terminen los ingredientes. Terminamos con pasta, sobre ella vertemos un poco de tomate natural y sobre él la bechamel. Espolvoreamos con queso rallado y metemos al horno, precalentado a 180º, unos 15 minutos hasta que se haya gratinado el queso.

La verdad es que el resultado ha sido buenísimo, triunfo absoluto en casa, una de esas recetas que repetiremos... Y además ha sido un plato más ligero de lo que esperaba, lo recomendamos!!!